domingo, 21 de septiembre de 2008

Una gran vergüenza







Deja mucho que desear la manera en que se ha manejado la dichosa remodelación del parque Duarte de Bonao, cuyos trabajos ascienden a más de 30 millones de pesos y para los cuales no se hizo un concurso para seleccionar a quien dirigiría ese inoportuno proyecto, que pretende entre otras cosas sacrificar árboles centenarios de ese centro de esparcimiento.
Lo peor de todo es que las voces de algunos medios de prensa callan a cambio de unos “chequecitos” y no se levantan ante semejante acción desacertada de un síndico cuya gestión se ha visto desgastada.
Mientras, las calles de Bonao parecen cráteres lunares, el mercado municipal se cae a pedazos, los semáforos no funcionan y las vías de la ciudad se inundan con cualquier llovizna por falta de un drenaje pluvial. Así son las cosas, que pena, que vergüenza.